martes, 16 de enero de 2018

La Internacionalización de la Franquicia.

                                        

Facultade de Economía e Empresa

Trabajo de
fin de grado



Diego Álvarez Zapata
Tutora: Rosa Mº Mariz Pérez



La Internacionalización de la Franquicia.




Grado en Administración y Dirección de Empresas.
Año 2017

Trabajo de Fin de Grado presentado en la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de La Coruña para la obtención del Grado en Administración y Dirección de Empresas.

 



Resumen



La franquicia se sitúa como una de las formas más conocidas y mundialmente extendidas del comercio asociado. Esta forma organizativa híbrida ha conseguido realizar un gran cambio en los sistemas de distribución de las empresas, y todo indica que lo seguirá realizando en las próximas décadas. Además, este sistema comercial es uno de los más recomendados para internacionalizarse, la cual es una de las decisiones más importantes que tiene que tomar cualquier empresario a lo largo de su andadura.
Este trabajo se divide en cinco partes bien diferenciadas. Para empezar, se conceptúa la franquicia y se destacan sus elementos principales así como sus agentes, además de ubicarla dentro de la actual distribución comercial y de destacar importancia económica en el territorio español. En segundo lugar, se desarrolla el marco teórico, en el que se estudian las teorías de agencia y la de recursos y capacidades, las cuales se han utilizado por la mayor parte de los estudios teóricos y empíricos existentes sobre el tema, tanto para explicar su existencia como para justificar su expansión, tanto nacional como internacional. A continuación, se trata el tema principal del trabajo, que es la internacionalización de la franquicia. En este apartado se habla de las motivaciones para internacionalizar, en base a las teorías explicativas citadas anteriormente, enunciando una serie de hipótesis -emparejadas previamente a unas variables-, que pueden influir en la decisión de internacionalizar. A continuación, se realiza una revisión de los resultados alcanzados en los trabajos empíricos más relevantes. Finalmente, se exponen las conclusiones más relevantes.

Palabras clave: Franquicia, distribución comercial, internacionalización, know-how, agencia, recursos y capacidades.



Abstract


Franchising can be seen as one of the most well-known and globally widespread forms of associated trade. This hybrid organizational form has managed to make a big change in the distribution systems of companies, and it seems it will continue to do so over the next decades. In addition, this commercial system is one of the most recommended ones for internationalization, which is one of the most important decisions that any bussinesman or woman has to make.
This work is divided into five distinct parts. First of all, franchising itself is conceptualized, as well as its main elements, besides situating it within the current commercial distribution and of emphasizing its economic importance in Spain. Second, the theoretical framework is developed, in which agency and the resource-based theories are studied. The reason is that they have been used by most of the existing theoretical and empirical studies, both to explain the existence and to justify the  national and international expansion of franchising. The following section talks about the main theme, which is the internationalization of the franchising. This section discusses the motivations to internationalize, based on the aforementioned explanatory theories, leading to a series of hypotheses -previously paired with explanatory variables- that may influence the decision to internationalize. After this, I carry out a review of the results achieved in some of the most relevant papers. Finally, the basic conclusions are presented.

Key words: Franchising, commercial distribution, internationalization, know-how, agency, resources and capabilities.







Índice




Índice de figuras








Índice de gráficos





















Índice de tablas
















El fenómeno de la franquicia es un tipo de negocio comercial que se ha ido extendiendo y evolucionando mundialmente de manera progresiva. Casi todos los días tenemos contacto con este sistema comercial de redes, ya sea al tomar un café, comprar ropa o bien tomarse una pizza o hamburguesa.

Este trabajo tiene como objetivo analizar detenidamente a la franquicia, su naturaleza jurídica, los elementos que la caracterizan y su perspectiva teórica. Pero sobretodo, tiene como propósito primordial analizar la internacionalización de esta forma de comercial y entender gracias a una serie de hipótesis cuáles son las causas o las características generales que tiene que tener un territorio para que la franquicia se dirija hacia él y, también, si en esta decisión puede influir alguna característica interna de la propia cadena.

El trabajo está dividido en cuatro partes. La primera parte, denominada el sistema de franquicia, es en donde se conceptuará este tipo de comercio y en donde se hablará de sus elementos más importantes, que son el franquiciador y el franquiciado, la marca y sus signos distintivos, el know-how, el producto, el contrato, los pagos y la exclusividad territorial. Finalizaremos este punto situando a la franquicia dentro del comercio y analizando la importancia económica de la franquicia en España, haciendo uso de una serie de gráficos y una tabla.

En la segunda parte del trabajo, el marco teórico,  se tratarán la teorías de agencia y de la recursos y capacidades. Estas teorías nos ayudarán a entender la razón por la cual un empresario decide expandirse franquiciando o no, haciendo siempre referencia a la disponibilidad de recursos y capacidades             que tenga la empresa, así como a los costes de agencia que tenga que soportar el agente principal.

En tercer lugar nos adentramos en la parte en la que más se quiere hacer hincapié, la internacionalización de la franquicia. La franquicia es una de las formas de comercio más recomendadas para expandirse mundialmente, con el objetivo de aumentar su estrategia de crecimiento y mejorar su valor y reconocimiento de marca. Todo este apartado está relacionado con las teorías explicativas de la segunda parte del trabajo Se acaba este punto con el análisis de los resultados procedentes de una serie de hipótesis que pueden influir positivamente o no a la hora de internacionalizar una franquicia. Todos estos resultados fueron previamente obtenidos de los trabajos empíricos que aparecen en la bibliografía.

Para terminar, en la cuarta y última parte, se exponen una serie de conclusiones en base a los temas que se tocan en el trabajo.




Existen numerosas formas de definir la franquicia aunque todas ellas alcanzan un importante grado de consenso. De entre todas ellas, voy a escoger las que más me han llamado la atención:

Una de las formas clásicas de conceptuarla, según Díez de Castro et al. (2005, p.30) dice que la "franquicia es un sistema de cooperación entre empresas diferentes, ligadas por un contrato en virtud el cual una de ellas -la franquiciadora- otorga a la otra (u otras), denominadas franquiciadas, a cambio de unas contraprestaciones financieras (pagos), el derecho a explotar una marca y/o una fórmula comercial materializada en unos signos distintivos, asegurándole al mismo tiempo la ayuda técnica y los servicios regulares necesarios destinados a facilitar dicha explotación mientras dure el contrato"

Por otra parte, según el Código Deontológico europeo de la franquicia (1991): "La franquicia es un sistema de comercialización de productos, y/o servicios, y/o tecnologías basado en una colaboración estrecha y continua entre empresas jurídica y financieramente distintas e independientes, el franquiciador y sus franquiciados individuales, en la cual el franquiciador otorga a sus franquiciados el derecho, e impone  la obligación de explotar una empresa de conformidad con el concepto de franquiciador [...] El derecho otorgado autoriza y obliga al franquiciado, a cambio de una contribución financiera directa o indirecta a utilizar el distintivo y/o marca de productos y/o servicios, el saber hacer y demás derechos de propiedad intelectual, sostenido por la prestación continua de asistencia comercial y/o técnica, dentro del marco y por la duración del contrato de franquicia escrito, pactado por las partes, a tal efecto".
Finalmente, la Real Academia Española explica que el concepto de franquicia se centra en la "concesión de derechos de explotación de un producto, actividad o nombre comercial, otorgada por una empresa a una o varias persona en una zona determinada"

Observando esta definiciones se puede decir que prácticamente coinciden, sobretodo en que no se puede hablar de franquicia sin la existencia de un contrato, y tampoco sin una serie de elementos, como son la marca, razón social o nombre comercial, el uso de una experiencia o de un saber hacer y la asistencia técnica o comercial por parte de la empresa franquiciadora.

Hay que mencionar, además, que la franquicia es una forma de organización híbrida, con características tanto de la empresa como del mercado, que se basa en un producto o servicio de éxito probado y consistente. Se da en el momento en el que el dueño de una empresa decide franquiciarla y comenzar a invertir directamente en nuevos establecimientos de la cadena con el objetivo de incrementar sus resultados y fortificar el valor y reconocimiento de su marca. En ese mismo momento comienza una colaboración comercial entre el propietario de la cadena o franquiciador y el franquiciado; ofreciéndole el primero el derecho de explotar su marca de éxito probado además de una asistencia técnica durante el proceso, a cambio de unas contraprestaciones económicas como el canon de entrada y otros pagos periódicos (Mariz et al., 2007; López, 2000).

Una vez conceptuada, se abordarán los elementos fundamentales para cualquier sistema de franquicia, que serán los nombrados en la figura 1:













Figura 1. Elementos de la franquicia
Fuente: Elaboración propia.




Son empresarios independientes entre los que no existe una relación laboral, pero entre los que  sí existe una relación mercantil circunscrita a las condiciones que se reflejan en el contrato de franquicia (Barbadillo y asociados, 2015).

El franquiciador es una persona física o jurídica que ha creado y desarrollado una fórmula comercial con una marca registrada, un producto o servicio y unas técnicas comerciales transferibles. Este empresario debe tener acceso a una fuente de financiación, evitar los gastos fijos elevados y cooperar con distribuidores independientes y propietarios de negocios locales bien integrados en una región si quiere crear una franquicia. Además, deberá de aportar a sus franquiciadores una ayuda inicial como un estudio de mercado y una formación previa, junto a unos servicios continuos como un seguimiento operativo y auditorías contables y financieras (Rojas, 2003). La otra parte firmante del contrato es el franquiciado, un emprendedor que acepta explotar un negocio actuando según las condiciones contractuales fijadas por el franquiciador bajo un comportamiento impuesto también por este (Rojas, 2003). Lo que este empresario viene buscando en una franquicia es la seguridad de su inversión, la confianza que le respaldaría una buena marca, un buen futuro profesional y estabilidad. La franquicia no se hace realidad hasta que no comienza la incorporación de franquiciados, por lo que se puede decir que son el motor y la base principal del crecimiento de cualquier franquicia (Tormo, 2013).

La relación franquiciador-franquiciado se trata de una relación mercantil intuito personae en la que ambos deben realizar una adecuada selección de su socio e intercambiar los bienes y servicios necesarios entre ellos para así poder cumplir su objetivo común: el éxito empresarial.



Figura 2. Relación contractual en una franquicia.
        
                                           
FRANQUICIADOR:

- Know- How         - Marca y signos distintivos    -Control     -Aprovisionamiento
- Publicidad           - Formación e información     - Asesoramiento
 


                                            
Relación "intuito personae"

                                                         

FRANQUICIADO:

- Canon de entrada       - Royalties       - Inversión         - Otros pagos

Fuente: Elaboración propia a partir de información de Barbadillo y asociados (2015).






Tal y como se ha dicho antes, la marca, junto al saber hacer y a la asistencia técnica y comercial es un elemento imprescindible en cualquier sistema de franquicia. La marca es un elemento más de los signos distintivos de una organización, definidos estos como " instrumentos utilizados para la comercialización y diferenciación de los productos tangibles o intangibles, para el desarrollo y protección de su empresa y la conservación de la clientela" según Díez de Castro y González, (2000, p. 31). Muchos autores destacan como signos distintivos más importantes los siguientes:

·   La marca.

Se define como " un nombre, término, símbolo, diseño, o una combinación de ellos, que trata de identificar los bienes o servicios de un vendedor o grupo de vendedores y diferenciarlos de los competidores" según la American Marketing Association.

La marca esta siempre compuesta por dos elementos de igual importancia. Uno es el nombre de la marca, que es con el que los clientes pueden identificar el producto o servicio que desean, y el otro es el logotipo, que atiende al aspecto visual y es la expresión gráfica de la marca (Díez de Castro et al.,2005). Las marcas ayudan a identifican un producto, un servicio o una compañía, sirven para diferenciar entre productos y servicios, y representan un valor añadido a la empresa, además de constituir una importante propiedad legal (González, 2002).

En mi opinión, de entre todas las características que señalan los autores que debe tener una marca, las óptimas serían que sea impactante, sencilla , fácil de recordar y asociar y que esté siempre registrada.





·   El nombre comercial.

Que es definido según la Oficina Española de Patentes y Marcas como " un título que concede el derecho exclusivo a la utilización de cualquier signo o denominación como identificador de una empresa en el tráfico mercantil"

·   El rótulo del establecimiento.

Que se define como el signo o la denominación con la que el público conoce a una empresa. Se diferencia del nombre comercial en que el nombre comercial es aquel que usa el propio empresario en el ejercicio de su empresa, y no como el público la conoce.

·   La indicación geográfica de procedencia y la denominación de origen.

La principal diferencia entre estos dos signos distintivos es que la indicación geográfica es simplemente el indicador del lugar en donde se fabrica, extrae o elabora el producto y la denominación de origen es la que asigna a determinados productos el nombre de la región de su medio natural, que los dotan de elementos diferenciadores, ya sean de sabor, forma, textura, etc. (Díez de Castro y González, 2000).


Los numerosos cambios que se están produciendo hoy en día en el entorno en que conviven las empresas, como el constante cambio de las tecnologías, la globalización de la economía, la gran cantidad de clientela y la enorme competencia han dado al conocimiento una grandísima importancia.

El know-how condiciona la forma de hacer las cosas y la manera poder mejorarlas. Además, la clave del éxito empresarial reside en este conocimiento y en su correcta transmisión, por lo que sólo aquellas compañías que sean capaces de tratarlo de manera eficaz alcanzarán rendimientos superiores. Es por esto que el saber hacer es un elemento clave de competencia empresarial (Benavides et al., 2008).
Es de suma importancia que el saber hacer sea fácilmente reproducible y transmisible, lo que servirá de mucha ayuda en el momento en que cualquier persona interesada en la franquicia que no hubiese intervenido en ella anteriormente, pueda acceder a su actividad gracias a la experiencia que el franquiciador le trasmita  (Tormo, 2013).

En esta serie de conocimientos quedarán plasmadas cuestiones como: la estructura organizacional; técnicas de venta; gestión del aprovisionamiento; gestión de procesos productivos, financieros, contables, etc. En ellos aparecerán resueltas toda clase de dudas o acciones cotidianas en la gestión diaria del negocio.

Además, el saber hacer deberá de ser secreto, original y sustancial. El know how deberá guardarse como un secreto dentro de la compañía, por lo que habrá que incluir en el contrato una importante cláusula de confidencialidad, cuyo incumplimiento supondrá la ruptura de la relación contractual y una fuerte indemnización económica. En cuanto a la sustancialidad de estos conocimientos decir que solamente si son relevantes para conseguir el objetivo principal de la cadena, se podrán considerar realmente el know how de la franquicia (González, 2002).

Existe una gran diferencia entre el acceso o no acceso al know how debido a que cuando un franquiciado entra en una franquicia, ya accede directamente a un enorme conocimiento del mercado al que se enfrenta y de las técnicas con las que ha crecido su compañía. Por lo que existirá una distancia considerable con aquel individuo que arranque su negocio desde cero (Tormo, 2009).


No se puede hablar de franquicia si no existe al menos un producto y/o servicio ofertado.  Estos productos y/o servicios deben de cumplir las siguientes características para así alcanzar el éxito de la franquicia:

1.    La diferenciación , es el primero de los puntos que se han de cumplir ya que cuanto más diferente y original sea de los demás, mayor capacidad de éxito tendrá esa franquicia.

2.    También es importante que la franquicia esté especializada en un determinado sector o actividad, para así conseguir todavía más diferenciación (González, 2002).

3.    Además, el producto y/o servicio ofertado debe ser competitivo en calidad y/o precio para así aumentar esta posibilidad de éxito.
No se puede hablar de éxito en la franquicia si el surtido de bienes y servicios no cumple al menos tres requisitos. Y es que este debe ser homogéneo, es decir, es necesaria la existencia de armonía entre las divisiones, secciones y familias que componen el surtido; y además, también debe ser completo y variado para que el cliente pueda encontrar lo que necesita sin necesidad de buscarlo en otro establecimiento, garantizando así el incremento de las ventas de la franquicia.

 Para que una tienda cuente con el surtido completo deberá tener los productos complementarios y servicios accesorios de los productos que oferte; por ejemplo, una franquicia de telefonía deberá también tener baterías, cargadores y demás productos complementarios. Destacar también que la homogeneidad del producto favorece a obtener unas mayores ventajas competitivas, en cuanto a unos mejores precios debido a las economías de escala y al incrementar el valor añadido (González, 2002 y Díez de Castro et al., 2005).

Los productos integrantes de un surtido que podemos encontrar en un punto de venta franquiciado son los que encontramos en la siguiente figura:















Figura 3. Tipo de productos en una franquicia.


Fuente: Elaboración propia a partir de Díez de Castro (2000).

1.1.5      El contrato

El contrato de franquicia es uno de los pilares básicos de la franquicia. Es un documento de vital importancia ya que mantendrá vinculadas y obligadas a las partes, y de él dependerá la estabilidad, durabilidad y éxito del negocio. Es un requisito necesario, de forma que si este no se establece, no existirá la franquicia.

Pavón e Iglesias (2010, p. 214) lo definen como " aquel contrato de distribución comercial en el que el concedente (franquiciador) cede al cesionario (franquiciado) un método empresarial propio y completo a través de la transmisión de sus elementos distintivos (marcas, rótulos, imagen corporativa), un saber hacer (know-how), suministros y asistencia técnica (formación profesional continua, asesorías varia, etc.) y todo ello a cambio de una contraprestación económica directa o indirecta"

Los intereses de los miembros de la cadena de franquicia aparecerán reflejados en el contrato, además, este debe definir claramente las obligaciones, responsabilidades y cada una de las cláusulas de las partes. Además, destacar que su contenido será muy importante para el franquiciador ya que en él, regulará la relación y comportamiento con la otra parte. Para en franquiciado resultará este de gran ayuda ya que gracias a él podrá entender lo que ha contratado, además de sus derechos y obligaciones.

Es por esto último que el contenido del contrato debe ser según el Código Deontológico de la Franquicia: equilibrado, completo y preciso. Si el contrato cumple estos tres principios, además de incluir y prever todas las circunstancias que se puedan dar en el ejercicio económico,  garantizará una única interpretación , sin dar lugar a malentendidos y será  justo para ambas partes (González, 2002).

Un contrato de franquicia debe tener en consideración distintos aspectos, que serán reflejados en la Figura 4:

Figura 4. Puntos esenciales del contrato de Franquicia.

Fuente: Elaboración propia a partir del Código Deontológico de la Franquicia (1991).

Finalmente decir que este contrato podría declararse nulo si existe una falta de consentimiento, que se dará cuando el contrato no hubiese sido aceptado de manera libre y voluntaria. También se entenderá nulo cuando exista una falta de objeto, entendida esta en el ámbito de contrato de franquicia como una falta de marca, de know-how y/o de formación o asistencia al franquiciado. Una razón más por la que se dará la nulidad al contrato será la falta de causa o, en otras palabras, la no existencia de un fin para la celebración del contrato (Pavón e Iglesias, 2010).


En todos los acuerdos de franquicia se produce una cesión de saber hacer, asistencia, formación, signos distintivos y otros elementos que ya se han nombrado por parte del franquiciador. El franquiciado, a cambio de estos elementos indispensables, le realiza una serie de pagos a su franquiciador.

"Todo planteamiento de franquicia que no se base en principios neutrales de beneficio entre los contratantes fracasará sin ningún lugar a dudas" afirma Mariano Alonso (2003, p. 87).

Estos pagos o compensaciones deberán cumplir una serie de requisitos.  La claridad es uno de ellos, ya que el franquiciado debe saber lo qué paga y lo qué recibe del franquiciador; también deben ser objetivos, lo que significa que se paga una cantidad a cambio de algo (en este caso los elementos, en su mayoría abstractos que el franquiciador cede al franquiciado); por último, debe existir una satisfacción entre las partes para así evitar problemas (Bonilla et al., 2001). Destacarán así, tres tipos de pagos en la franquicia:

·   Derecho o canon de entrada

El canon de entrada, aunque no todos los franquiciadores lo exijan, es un elemento de lo más representativo de una franquicia. Este se puede entender como una compensación que el franquiciado abona al franquiciador para iniciar la actividad comercial y como uso de la marca y signos distintivos, concesión de un territorio de exclusividad, cesión del know-how o saber hacer y de los servicios de asistencia.

Se trata de un desembolso previo y único que el franquiciador exige al franquiciado en el momento en que este entra a formar parte de una franquicia (Bonilla et al., 2001). Otros autores, como Díez de Castro y Galán González  (2000) defienden que el pago de este canon de entrada no tiene porque ser un desembolso único, sino que en algunas franquicias este pago se puede fraccionar en varios desembolsos, y que en otras el pago puede ser anual.

Hay que destacar que la cantidad a pagar por razón de canon de entrada dependerá de varios factores, como son: la importancia de la marca y su logotipo, de la diferenciación y ventajas de sus productos o servicios, de los resultados previstos, del tiempo de duración del contrato y de la inversión a realizar por el franquiciado (González, 2002).

Puede darse el caso de que el franquiciado no tenga que pagar este canon de entrada; y esto puede ser debido a que este es compensado con un sobreprecio en el aprovisionamiento o con una mayor cantidad en los pagos periódicos, o también a que la marca todavía no es importante por encontrarse en su comienzo. Destacar también que es de suma importancia que el contrato de franquicia dedique un apartado que se refiera a la cuantía que se ha de desembolsar como canon de entrada.

·   Derecho o canon periódico, royalty o redevance.

El franquiciador sigue ofreciendo asistencia al franquiciado aún después de la apertura del nuevo comercio, como por ejemplo asesoramiento, seguimiento  y el aprovisionamiento.  Por lo que, además del canon de entrada, el franquiciado deberá, en la mayoría de los casos, pagar este canon periódico o, como también es llamado, cuotas de funcionamiento, para así seguir recibiendo esta asistencia permanente.

Además de cubrir la asistencia permanente, las royalties deberían incluir los servicios de publicidad, formación continua, información continuada, renovación del know-how, control e investigación y desarrollo de nuevos productos o servicios.

La mayor parte de los franquiciados establecen sus cuotas periódicas sobre los porcentajes de las ventas brutas del franquiciado. Pero también se puede dar el caso de que el franquiciador obtenga su beneficio de un porcentaje sobre las ventas (del franquiciado)  de productos con marca registrada, bien del franquiciador o bien de un proveedor determinado. (Mendelson, 1989). La cuota de funcionamiento puede variar entre el 0,05 y el 39,8% de la cifra de ventas. Aun así existen otras formas de cobrar el canon periódico, que se resumirán en la siguiente figura:





Figura 5. Otras formas de cobrar el canon periódico.


Fuente: Elaboración propia según Díez de Castro et al., (2005).

·   Otros pagos.

Los pagos de los que se ha hablado anteriormente (derechos de entrada y royalties) son incluidos en el propio concepto de franquicia, pero existen otros que no son inherentes a esta definición como el canon de publicidad, la venta de equipos (maquinarias, software, etc.), la financiación y sus intereses generados y los servicios especiales que el franquiciado demande al franquiciador.

Se cree que estos pagos no deberían existir, ya que deberían estar incluidos en los pagos periódicos; a excepción del canon de publicidad, que cada vez tiene una mayor transcendencia en las franquicias. Aproximadamente un 43% de las franquicias tienen explicitado este canon de publicidad (Díez de Castro y Galán González, 2000).







Tanto en la franquicia como en cualquiera otra forma de comercio, la localización del establecimiento es de suma importancia, ya que en gran parte determinará la rentabilidad y éxito de la propia franquicia. Dependiendo del tipo de franquicia, de los productos o servicios que ofrezca y/o del tipo de cliente al que se quiera dirigir su localización puede ser muy distinta, y, según el tamaño de la misma, su localización podrá variar desde un país o una comunidad autónoma (100 Montaditos o Cambalache), hasta un continente o el mundo entero (McDonald's).

La exclusividad territorial supone que, el franquiciado va a ser el único que tenga a disposición del cliente el producto o servicio que comercialice su franquicia, en el territorio que se le asigne ( Díez de Castro y González, 2000).

Existen distintas modalidades de exclusividad territorial, según se trate de una u otra franquicia. Por una parte, existen franquicias que no gozan de exclusividad territorial pero estas son una minoría, además, al no existir esta exclusividad, se elimina uno de los elementos básicos de la franquicia por lo que estas suelen mucho menos atractivas para los franquiciados. Por otra parte encontramos las franquicias que sí tienen la exclusividad del territorio; pudiendo ser esta total o parcial. La mayoría de las franquicias gozan de una exclusividad total, que es lo más favorable para el franquiciado ya que tiene su propia zona de exclusividad.

Pero también existen franquicias con una exclusividad parcial; pudiendo diferenciar a esta entre exclusividad del establecimiento y exclusividad temporal. Que el franquiciado solo tenga la exclusividad del establecimiento significa que no va a ser el único que pueda vender su producto al público, sino que, otros establecimientos también podrán vender ese mismo producto. El franquiciado, solamente gozará del privilegio de ser el único franquiciado de esa zona (Díez de Castro et al., 2005). Podemos mencionar  a Levis o Nike como claros ejemplos. 

 


 


Una vez analizados los elemento y el concepto de franquicia, se tratara de ubicar esta figura dentro de la distribución comercial. Es de suma importancia destacar tres aspectos del comercio: en primer lugar la actividad comercial transmite la propiedad del producto o sin transformaciones, además de que las empresas comerciales funcionan como intermediadoras en los canales de distribución: transportan, almacenan, fraccionan, etc.; el segundo aspecto es que el comercio se puede efectuar sobre todo tipo de bienes y servicios; y, el tercero nos dice que obtener beneficio es condición necesaria para la supervivencia de este (Díez de Castro ,1998).

Existen distintas formas de clasificar el sistema comercial, pero la mejor es aquella que usa como elemento discriminador el grado y forma de organización del canal de distribución (González, 2002). Atendiendo a esta clasificación encontramos:

·         El comercio independiente.

 Hace referencia a lo que ahora mismo conocemos como comercio tradicional. Es un comercio donde no hay ningún tipo de organización, por lo que puede dar lugar a problemas de entendimiento entre sus componentes.

·         El comercio administrado.

Existe una mayor organización, y,  aunque esta sea informal, elimina los problemas de entendimiento citados en la anterior forma de comercio, consiguiendo así una cierta coordinación entre los componentes. El poder que tiene un mayorista gracias a su tamaño sobre un fabricante y un minorista en la distribución de cualquier tipo de producto sería un buen ejemplo.




·         El comercio integrado.

En este tipo de comercio la independencia jurídica y empresarial de la que antes se hablaba se pierde, pasando a formar parte los miembros de este de una única entidad. (González, 2002).

·         El comercio asociado.

O lo que es lo mismo, la cooperación entre empresas o miembros del canal, creando redes empresariales para así conseguir una mejor posición gracias a sus economías de escala o acceder de un modo más fácil y seguro a nuevos mercados  entre otras cosas. En este tipo de comercio siempre se conserva la independencia jurídica y empresarial de cada miembro. Es aquí donde situaremos a la franquicia, que es una de las formas más conocidas y mundialmente extendidas del comercio asociado (de Mendoza, 2007).

Figura 6. Formas de comercio.


Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Díez de Castro et al. (2005).





La franquicia llegó a España tarde, debido a la guerra civil y al posterior aislamiento implantado por la dictadura. Los primeros ejemplos de franquicia en España se empezaron a ver a finales de los años 50 del anterior siglo y, desde ese momento, no ha parado de crecer. La llegada al poder de Francisco Franco no fue de agrado para la comunidad internacional y, todavía fue mayor el rechazo de esta con el posterior apoyo de la dictadura franquista a la Alemania Nazi, provocando que muchos países cortaran relaciones con España. No fue hasta los años 50 que España se convirtiera en aliada de Estado Unidos, poniendo así fin al aislamiento internacional anteriormente sufrido y favoreciendo a un crecimiento y apertura de la economía nacional (Agora Franquicias, 2015).

Es en la década de finales de los 50 cuando empieza a implantarse en España la franquicia, con la incorporación de algunas firmas extranjeras, principalmente en los campos del equipamiento personal y del fast food. Empresas como Rodier en 1957 (moda), Pingouin Esmeralda en 1961 (lanas), Descamps (ropa de hogar) y Prenatal en 1963 se introducen en la península (Díez de Castro y González, 2000). Algunas empresas española como Pronovias o Santiveri empiezan a crear sus redes de franquicia al observar el éxito obtenido por las cadenas extranjeras ya asentadas en España.

La primera etapa o despegue de la franquicia en nuestro país se da hasta el año 1980 debido sobre todo a la llegada de franquicias extrajeras, principalmente francesas y, americanas en menor proporción. Se puede decir que la entrada de España en la Unión Europea tuvo bastante que ver con este despegue aunque, todavía existía un número muy reducido de franquiciadores españoles (Díez de Castro et al., 2005).

Fue en los años 90 cuando se inició el verdadero desarrollo y expansión de la franquicia en España. De ser un sistema desconocido para nuestros antecesores, pasó a ser una fórmula comercial de éxito y, desde entonces no ha dejado de dar muestras de una excelente salud (Asociación Española de Franquiciadores, 2016). Su evolución desde entonces hasta el momento ha sido continua y los empresarios españoles han sabido aprovecharla. En menos de 20 años nuestro país ha sabido posicionarse a la misma altura que otros países de nuestro entorno que anteriormente nos superaban. Con esto, se puede asegurar que el sistema de franquicia ha conseguido realizar un gran cambio en los sistemas de distribución de las empresas, y lo seguirá realizando en las próximas décadas (Tormo, 2013).

Gráfico 1. Histórico de enseñas.

Fuente: Elaboración propia a partir de Asociación Española de Franquiciadores (2015).

Nuestro país se ha adaptado tan bien a esta fórmula que hay que apuntar que una clara mayoría de las franquicias que operan en España son de origen autóctono, a diferencia de lo que ocurre en otros países vecinos (Pérez, 2007).

El sistema de franquicias español está formado hoy en día por una totalidad de 1.199 enseñas, de las cuales 988 (82,4%) son de origen español y las restantes 211 (17,6%) son de origen extranjero. Si se toman como referencia los años que van desde el 2005 hasta el 2014, las enseñas que operan en España han ido creciendo, con un incremento total de 487 marcas. Este último dato dice mucho sobre la capacidad que tiene la franquicia para superar la difícil época en la que nos encontramos.

Tabla 1. Origen de las enseñas extranjeras en España.
País
Nº enseñas
País
Nº enseñas
Francia
45
Brasil
2
Italia
39
Canadá
2
EE.UU.
34
Corea del Sur
2
Reino Unido
12
Andorra
1
Alemania
11
Austria
1
Portugal
11
Colombia
1
Holanda
8
Guatemala
1
Argentina
6
Hungría
1
Bélgica
6
Irlanda
1
Dinamarca
6
Islas Vírgenes
1
Suiza
6
Israel
1
Luxemburgo
5
Japón
1
Australia
3
Malasia
1
Suecia
3
Turquía
1
Total países:
28

Fuente: Elaboración propia a partir de Asociación Española de Franquiciadores (2015).

Esas 211 enseñas de origen extranjero proceden de un total de 28 países, liderados por Francia (45 enseñas), Italia (39 enseñas), Estados Unidos (34 enseñas). Y ya, más alejados de este número de enseñas, pero aún así encabezando esta lista, se encuentran Reino Unido (12 enseñas), Portugal y Alemania (11 cada uno).


Gráfico 2. Evolución de los principales sectores de actividad.
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Barbadillo y Asociados (2015)

En cuanto a la evolución de los principales sectores de actividad, el más destacado es el de Hostelería y Restauración con 152 redes operativas. A continuación con 85 enseñas se encuentra el sector del Textil y Moda y las franquicias de tiendas especializadas dedicadas a ofrecer servicios a empresas con 79 marcas. Las nuevas tendencias sociales han hecho que el sector del lifestyle, salud, belleza y estética ofrezcan datos positivos con 56 redes operativas.

Gráfico 3. Histórico de Facturación de los establecimientos.
Fuente: Elaboración propia a partir de Asociación Española de Franquiciadores (2015).
La facturación total obtenida teniendo en cuenta la totalidad de enseñas que actúan en nuestro país ha sido de 25.879.598.000 euros; siendo esta facturación total la suma de la facturación de los establecimiento propios con 11.229.271.000 (43%) y la de de los establecimientos franquiciados con 14.650.327.000 euros (57%).


Gráfico 4. Comparativa de establecimientos entre 2013 y 2014.
Fuente: Elaboración propia a partir de Asociación Española de Franquiciadores (2015).

Haciendo referencia al número de establecimientos existentes en nuestro país, el año 2014 se ha cerrado con un total de 63.869, de los cuales 44.619 son locales franquiciados y los restantes 19.250 son propios. Observando el gráfico 4 vemos un aumento de 4.738 locales más funcionando en España respecto al 2013.
Gráfico 5. Histórico de empleados.
Fuente: Elaboración propia a partir de Asociación Española de Franquiciadores (2015).

En cuanto al empleo generado, podemos observar en el gráfico 5 que en el año 2014 la franquicia daba trabajo en España a 248.914 personas, 6.774 más si lo comparamos con el anterior año. Además, hay que destacar que de estos 248.914 trabajadores, el 64,2% pertenecen a locales franquiciados y el restante 35,8% a establecimientos propios. Los sectores de la alimentación y de la hostelería son los que más empleo generan con 58.816 y 17.725 empleados respectivamente.
   
Gráfico 6. Centrales franquiciadoras por comunidades autónomas.
Fuente: Elaboración propia a partir de Asociación Española de Franquiciadores (2015).

Haciendo un recuento por comunidades autónomas, son cuatro las comunidades que superan la centena de franquicias y que contienen el 72,6% de la totalidad de enseñas en nuestro país Madrid lidera esta lista con 308 centrales franquiciadas, seguido de Cataluña con 288, la Comunidad Valenciana con 145 y Andalucía con 130.

Este modelo de negocio está creando nuevas empresas, empleo y riqueza desde su llegada a nuestro territorio. Son más de 1.100 nuevas enseñas y de 6.000 nuevos empleos anuales los generados por esta fórmula de crecimiento empresarial. Actualmente son casi 250.000 personas las que trabajan en los 63.869 establecimientos en franquicia repartidos entre los diferentes sectores de actividad, lo que genera unos ingresos superiores a los 25.000 millones de euros. Y esto sigue creciendo.







En algún momento de su andadura, todo empresario deberá valorar los factores que le convienen o no para llevar a cabo una expansión de su empresa, ya sea a través de estrategias de integración o mediante un sistema de franquicia. La decisión del empresario, entre otras razones, dependerá en gran parte de la disponibilidad de capital además de otros recursos y capacidades y, según algunos autores, los costes de agencia actuarán como el mejor factor de decisión para la conveniencia de esta expansión (González, 2002). Además, en su día a día una empresa convive con numerosos conflictos de intereses entre sus agentes, ya sean propietarios o participantes secundarios, que son gestionados y altamente solucionados con sus correspondientes costos (Manasliski y Varela, 2009).

Debido a estos hechos sale a la luz la teoría de la agencia que "es aquella rama de la Nueva Economía Institucional que centra su interés en los contratos entre agentes económicos individuales para minimizar, en la medida de lo posible, los costes de agencia que surgen en estas relaciones contractuales"  según la definen Santana y Samaniego (1994, p. 74).

Jensen y Meckling (1976) afirman que esta teoría parte de la relación de agencia, entendida esta como un contrato en el que una persona denominada principal desea que su empresa continúe creciendo, y para ello contrata a otra denominada agente, para que bajo unas cláusulas realice un determinado servicio en nombre del primero, delegando este parte de su autoridad en la toma de decisiones en otra empresa (agente). A partir de esta delegación de poder se da la separación entre la propiedad y el control de la corporación, que estará completamente relacionado con el problema de la relación de agencia, al que se hará referencia en este apartado.

Esta teoría se asienta sobre dos hipótesis relativas al comportamiento humano: la primera, denominada conflicto de intereses o diferencia entre los objetivos de las partes afirma que todo individuo (principal y agente) en las relaciones contractuales busca maximizar su propia función de utilidad, apareciendo así ciertos comportamientos oportunistas y conductas deshonestas difíciles de descubrir y arbitrar. La otra hipótesis se refiere a un problema de diferente aversión al riesgo entre las partes. Estas dos hipótesis, unidas a un problema de información asimétrica, que se da cuando uno de los agentes que intervienen en la relación de agencia oculta toda o parte de la información que tiene para evitar o conseguir resultados no deseados o deseados, son las que dan lugar a los conflictos (Cuervo, 2001). Partiendo de estas hipótesis, esta teoría asume que las partes solo miran por sí mismos y que en general existe un desacuerdo entre los intereses del principal y agente, debido a que el principal desea maximizar el producto, utilidad o beneficio de la empresa, mientras que el agente querrá maximizar su propia función de utilidad dentro de los límites fijados a su capacidad de actuación (Monge, 1998; Rodríguez, 2002; Manasliski y Varela, 2009). Es por esto, que esta teoría también asume que si no existen cortapisas, como por ejemplo un contrato exhaustivo o una imagen de marca, cada parte miraría por si misma como se dijo antes, y la administración de una franquicia sería incontrolable.

Es por este conflicto de intereses entre las partes por el que aparece el problema de agencia. Para reducir estas diferencias de intereses entre las partes se incurren en una serie de costes denominados costes de agencia compuestos por los costes de formalización contractual, garantía, control y pérdida residual. Además, para controlar estas conductas oportunistas, las organizaciones también estarán obligadas a establecer un sistema de incentivos basado en primas, adecuado para supervisar la actividad de los agentes. Todos estos costes aparecen reflejados en cualquier contrato relación de franquicia (Cuervo, 2004; González, 2002; Santana y Samaniego, 1994).


Figura 7. Teoría de Agencia en la perspectiva de la Matriz y sus Subsidiarias.
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Borini y Luchesi (2007) 

En la relación entre empresarios independientes (en realidad el franquiciado es cuasi-independiente) que se da en la franquicia podemos considerar al franquiciador como el principal y, al franquiciado como el agente. Hay que añadir que la franquicia surge como una forma organizativa híbrida que es más eficiente que la relación de empleo, porque el franquiciado tiene unos incentivos a ser eficiente mayores que los de un empleo normal, por lo que en la franquicia los problemas de agencia son menores. Además, es importante destacar que el contrato de franquicia es un contrato muy exhaustivo, desde luego mucho más que un contrato de empleo aunque, como es lógico, no puede prever todos los problemas que se puedan dar durante esta relación, por lo que se realizará un análisis antes del contrato y otro al finalizarlo, para así poder valorar si los intereses de estos empresarios han coincidido o no, y su posible solución.

En la relación de franquicia las partes también incurrirán en costes de agencia debido a las diferencias de intereses que se darán hasta la consecución del contrato. Estos costes, aparecerán debido a los problemas de información asimétrica, dentro de los cuales podemos diferenciar: la selección adversa y la actuación oculta o riesgo moral.

El problema de selección adversa es el que se da al iniciar un contrato y el que surge cuando una de las partes tiene información relevante o una ventaja informativa que la otra parte desconoce y con la que puede perjudicar a la otra parte, por lo que también se denomina problema de información oculta. La selección adversa se podrá solucionar desarrollando mecanismos informativos y mejores durante el proceso de selección de personal. En la franquicia se supera principalmnte este problema, en el sentido de que es menor o no es tan importante como en la relación de empleo, porque se produce un proceso de autoselección de los franquiciados (solo los que se consideran más capaces y que tienen incentivos mayores estarán dispuestos a arriesgar su trabajo y sus recursos financieros para unirse a la cadena). Por contra, el riesgo moral, se da con posterioridad al inicio de la relación. Es fácil que en una relación de agencia se de este último problema debido a que el agente tiene acceso a la información, y esto puede ser aprovechado por él para cumplir sus propios objetivos en detrimento de los del principal. Una solución a este problema consiste en hacer un indicador representativo del rendimiento, y ligarlo a un sistema de compensaciones justo (Arruñada, 1998; Jacinto, 2008). En este sentido, la franquicia logra esto porque al franquiciado es lo que le corresponde.

Como se decía en el primer párrafo de este punto, todo empresario se tendrá que decantar por una forma de mercado para la expansión de su empresa. Pues bien, como se ha visto, los costes de agencia son elementos muy importantes en dicha elección debido a que pueden ser altamente costosos, y lo que todo empresario ha de buscar es minimizarlos.

La franquicia es un sistema de expansión empresarial que reduce con creces estos costes. Por ejemplo, los costes de supervisión son sencillamente limitados debido a que en la franquicia no existe separación entre la propiedad y el control ya que los inversionistas son también los directivos del negocio. Además también reduce los costes de pérdida residual, debido a que el franquiciado es siempre incentivado debido a su participación en los resultados del negocio, por lo que este estará interesado en actuar de una manera más eficiente (Santana y Samaniego, 1994).

La explicación más aceptada del porqué franquiciar un establecimiento o atraer a franquiciados para una empresa, es que resuelve la mayor parte de los problemas de agencia entre el franquiciador y los responsables del establecimiento, minimizando y limitando los costes de agencia (González y Solis, 2012). Según Lafontaine (1992) un establecimiento franquiciado cuenta con una mejor alineación de incentivos que un punto de venta propio, que conducen a unos menores costes de agencia. Esto se debe a que en un establecimiento propio del franquiciador, el dueño que lo explota recibe un sueldo mayoritariamente fijo (puede existir una parte variable) y ningún tipo de incentivo ya sea por su esfuerzo o por sus beneficios, por lo que la empresa se arriesga a que el trabajador caiga en un comportamiento oportunista y, como consecuencia, deteriore la imagen de marca. Por contra, en un establecimiento franquiciado los intereses de las partes están mucho más alineados y, a cambio de los pagos temporales sobre los beneficios que el franquiciado le paga al franquiciador, el agente se puede quedar con los beneficios que ha conseguido con su esfuerzo, por lo que estará más interesado en trabajar de acuerdo a los intereses de su franquiciador y en maximizar sus esfuerzos. Es por todo esto que en los puntos de venta franquiciados el agente necesita menos supervisión, de ahí a que exista una pérdida sustancial de poder y control por parte del principal hacia el agente, aunque no total, debido a que a veces pueden aparecer también comportamientos oportunistas por parte de los agentes para enriquecerse más (Barthélemy, 2011; Baena y Cerviño, 2010). Además, Lafontaine (1992) afirma que cuanto mayor son los costes de supervisión por parte del franquiciador, más atractiva es para este la expansión mediante franquicias.

Finalmente, decir que también existen franquiciadores que aseguran que se decantan por franquiciar sus puntos de venta debido a que lo ven como un mecanismo para la obtención de recursos escasos, como el conocimiento del mercado local o el talento de gestión, además de la obtención de los fondos financieros necesarios para hacer crecer sus negocios rápidamente, gracias sobre todo a la gran proporción de la inversión necesaria para configurar los nuevos establecimientos que proporcionan los franquiciados.


La Teoría de los Recursos y las Capacidades explica los motivos por los que dos empresas que compiten en el mismo entorno y en el mismo sector económico, obtienen distintas rentabilidades. Es por esto por lo que se analizan los recursos y capacidades; para conocer el potencial que una empresa tiene para crear ventajas competitivas mediante la combinación de estos dos elementos, además de para entender cómo  estos recursos y habilidades, a los que las empresas pueden acceder o ya tienen de antemano, influyen en sus resultados (López et al., 2004).
Se entiende por recursos de la empresa, el conjunto de activos y conocimientos explícitos e implícitos controlables y disponibles por la empresa para desarrollar una estrategia competitiva de mercado. Se dividen en tangibles e intangibles, según tengan un soporte físico o por contra estén basados en la información y el conocimiento. Dentro de los recursos tangibles se encuentran dos clases: los recursos físicos, como la localización, las instalaciones y los equipos productivos, y los recursos financieros. Así mismo, los recursos intangibles se dividen en cuatro apartados: recursos humanos, como la experiencia y habilidad de los empleados; los recursos técnicos, como la buena información comercial; los recursos organizativos, como el orden y la seguridad y, por último y no menos importante, el capital relacional, como la reputación, la marca, y los canales de distribución (Mirón y Hernández, 2002; Sánchez et al., 1998).

Las organizaciones franquiciadas se basan en los recursos intangibles y en las capacidades, debido a que su reputación de marca y su conocimiento del saber hacer son extremadamente importantes para competir en sus respectivos entornos. Itami y Roehl (1991) llaman a estos recursos basados en la información " activos invisibles", y afirman que son tan esenciales como los recursos más visibles para el funcionamiento eficaz de la corporación; y más que esto, también creen que a largo plazo son los recursos más importantes para lograr el éxito.

Hoy en día, tanto el conocimiento como la información son factores muy importantes para el desarrollo y crecimiento de las organizaciones. Como se ha dicho, los activos intangibles engloban el saber hacer, las marcas, el conocimiento humano y la propiedad intelectual entre otros.      Para Itami y Roehl (1991) los "recursos invisibles" son la verdadera fuente de energía competitiva y los principales creadores de ventaja competitiva por tres razones: son difíciles de acumular, se pueden combinar y usar simultáneamente y los dos son inputs y outputs de las actividades de negocio. Además, hay que añadir que para que un recurso intangible cree valor, debe ser diferenciable, identificable, indivisible, y difícil de imitar.

Nonaka et al. (1999) defienden que hay una notable diferencia entre conocimiento e información debido a que la información se puede entender como una corriente de mensajes que van y vienen, mientras que el conocimiento se crea a partir de este flujo de mensajes y por parte de las personas mediante su asociación y organización. Hoy en día, el conocimiento que se crea a través de la información se valora como un activo intangible altamente importante para las organizaciones.

En cambio, las capacidades, habilidades o competencias organizativas, son aquellas que provienen de la habilidad de combinar y coordinar los recursos tangibles e intangibles de los que dispone la empresa, para así aumentar la utilidad de estos, además de contribuir a aumentar el valor añadido del producto y conseguir diferenciar a la empresa de la competencia convirtiéndola en una organización difícil de imitar (de Viteri Arranz, 2000).

. Como se ha dicho en el primer párrafo, tanto la combinación de los recursos como la competencia que exista en el entorno serán la consecuencia de los beneficios de la empresa. Se debe agregar también que las empresas difieren entre sí debido a los recursos que tienen y a la heterogeneidad de estos; además estos recursos son cada día más relevantes para diferenciar a unas empresas de otras.

Dicho lo anterior, hay que entender que toda franquicia desea ser competitiva en su entorno, razón por la cual debe centrarse en lo que mejor sepa, pueda y quiera hacer. Teniendo en cuenta esto, la franquicia debe combinar tres elementos para lograr ser competitiva: su reto estratégico o misión, sus recursos tangibles e intangibles y sus habilidades, entendidas estas como la adecuada expresión de las capacidades controladas por la empresa. Mediante la correcta combinación de estos tres elementos aparecerán unas competencias que darán lugar a las ventajas competitivas (Morcillo et al., 2001).



Figura 8. Composición de una Competencia y una Ventaja Competitiva.


Fuente: Elaboración propia a partir de Morcillo et al., (2001)

En conclusión, esta teoría basada en los recursos y las capacidades es necesaria en la actualidad debido a que las organizaciones operan en entornos cada vez vas inestables e impredecibles, y cuanto menos atención preste una empresa a esta teoría, más probabilidades de fracaso tendrá. Hay que mencionar, además que es muy importante tener en cuenta la gestión del conocimiento para desarrollar nuevas capacidades y así poder renovarse con la finalidad de conseguir el éxito empresarial.

La franquicia está considerada como una de las formas de negocio más dinámicas e innovadoras en el territorio empresarial de cualquier país. Además, en el plano internacional, esta forma de comercio es una de las más recomendadas para expansionarse mundialmente y, con esto, aumentar su estrategia de crecimiento y el reconocimiento y notoriedad de su imagen y marca a nivel internacional (Navarro et al., 2014).

Existen diversas razones explicativas sobre la internacionalización de la franquicia que se refieren a factores económicos, financieros, de marketing, etc. Entre ellos destacan los siguientes:

a) El crecimiento de la cadena, ya que es de suponer que es uno de los principales objetivos de toda empresa, y la internacionalización es una buena forma de cumplir esta meta.

b) Actuar en el mercado con economías de escala, ya que gracias a la internacionalización los establecimientos de la cadena aumentan, y es por esto que el franquiciador negociará con mayores cantidades, beneficiándose así de las economías de escala.

c) El aumento del reconocimiento de la cadena, debido a que al aumentar el número de puntos de venta y establecimientos la cadena será más conocida, ofreciéndosele así además la oportunidad de mejorar su imagen.

d) La aparición de nuevos mercados atractivos para el franquiciador.

e) El perfeccionamiento del saber hacer, que se da debido a la introducción de la cadena en nuevos países y culturas, conllevado esto al enriquecimiento del know-how ya establecido anteriormente.

f) Otra de las razones es que en los países desarrollados el mercado suele estar muy saturado y lleno de competencia, por lo que los empresarios buscan dar salida a sus negocios hacia estos mercados.

g) La diversificación de riesgos políticos y comerciales es también una de las grandes motivaciones para internacionalizar.

Debido a estas razones que apoyan la internacionalización de la franquicia, autores como Welch y Eroglu optaron por crear un modelo que sirva de guía de este proceso. El modelo de Welch sostiene que son tres las razones que llevan al franquiciador a internacionalizar su empresa: la primera de ellas se refiere a los factores del mercado tanto internos como externos, como el interés de un franquiciado inesperado o nuevas oportunidades en mercados exteriores; la segunda se refiere a los condicionantes históricos del franquiciador, como la estrategia de crecimiento o el proceso de aprendizaje, y por último están los factores que dependen del decisor, como los valores, la actitud y la experiencia (Welch, 1989). Por otra parte, en el modelo de Eroglu el riesgo percibido y los beneficios juegan un papel protagonista en la decisión de internacionalizar la franquicia. El nivel de aversión al riesgo vendrá dado por la probabilidad de caer en determinado costes, ya sean por aspectos organizacionales como el tamaño de la empresa y la experiencia empresarial, o por aspectos externos como la presión competitiva o la influencia de los agentes externos. Son estos aspectos organizacionales y externos los que influirán en los beneficios percibidos y en la intención de internacionalizar (Eroglu, 1992; Navarro et al., 2013).

La entrada en un mercado extranjero es una de las decisiones más importantes que tiene que tomar cualquier empresario, pues implica tomar decisiones sobre varios aspectos clave que serán o no el secreto del futuro éxito (Navarro, 2014). Hay que tener siempre en cuenta que la decisión de internacionalizar un negocio debe considerarse mucho antes de poner esta idea en práctica. El proceso de establecer una franquicia fuera de sus fronteras debería tener en cuenta estos pasos y estudios previos:


Como se ha dicho anteriormente, antes de llevar la internacionalización a la práctica, se deben realizar unos estudios previos, que pueden agruparse en: estudios de mercado y estudios jurídico-legales.

·   Estudios de mercado

Consisten en una serie de estudios que permitan tener conocimiento sobre la viabilidad comercial de la franquicia en el nuevo territorio. El primer paso consiste en analizar el producto o servicio que va a comercializar la franquicia en el nuevo país, para así saber si serán necesarias modificaciones del producto en el nuevo territorio y así valorar si estas modificaciones afectan o no al precio de venta del producto; además, en este primer paso también se tendrán en cuenta los controles de calidad necesarios en los países a los que el franquiciador se quiera dirigir. También se analizará en este estudios la demanda del mercado del país de destino, así como el mercado potencial y las características y hábitos de los compradores. Por último, se analizará a la competencia, tanto sus productos como sus formas de comercialización y precios (Díez de Castro et al., 2005).

·   Estudio jurídico-legal

En este apartado se estudiarán dos aspectos: en primer lugar la legalidad del contrato tipo del franquiciador en el nuevo territorio de destino, y en segundo lugar los obstáculos de fiscalidad que la empresa se pueda encontrar a la hora de repatriar los derechos financieros obtenidos en el ejercicio (Díez de Castro y González, 2000). Las leyes de algunos países pueden actuar como verdaderas barreras de entrada mediante la utilización de aranceles, impuestos u otras licencias, debido a que estos gobiernos quieren proteger a sus industrias locales.

Es altamente aconsejable que estos estudios sean realizados por personas o agencias expertas en el mercado de los países de destino. Hay que mencionar, además, que estos estudios no deberán ser igual de profundos para todos los países debido a que habrá países con características del mercado que sean muy parecidas a las del país originario de la franquicia.

·         Selección de países

La selección de países es hoy en día una decisión fundamental para toda franquicia que quiera o que se vea forzada a introducirse en un nuevo mercado internacional. Por tanto, seleccionar esos nuevos mercados de interés se convierte en un aspecto de suma importancia que marcará el grado de éxito o de fracaso de la franquicia.

Existen diversos métodos para la selección del nuevo país-mercado, como por ejemplo el que trata de dividir esta selección en tres fases: valoración preliminar, identificación en profundidad y selección final. La revisión preliminar identifica mercados potenciales para un siguiente análisis en el que se utilizarán indicadores macroeconómicos para así ir eliminando aquellos mercados que no sean adecuados para la franquicia a analizar (Pineda et al., 2012).

El objetivo principal de esta etapa es hacer un ranking de países basado en los indicadores que se reflejan en la Tabla. Con esto, se seleccionarán los países que tengan una mayor puntuación, para pasar así a la segunda etapa o fase de identificación en la que se valora el atractivo de la industria en los países con mayor puntuación del ranking previo (Baena, 2008). Finalmente, se tomará una decisión que seleccione al país que mejor se ajuste a los objetivos de la empresa.

Otro método, y no menos efectivo que el anterior es el establecido por Wood y Robertson (2000) en el que también creen que el grado de éxito o fracaso de las empresas al entrar en un nuevo país depende de la información previa que se tenga del mismo. Este método de selección de países tiene también el objetivo de confeccionar un ranking de países, basado este en una valoración/ test de sesenta variables específicas de decisión divididas anteriormente en seis dimensiones generales: dimensión política, potencial de mercado, economía, cultura, infraestructura y entorno legal.



Otra de las decisiones más importantes que debe tomar una empresa es la forma en la que va a entrar en los nuevos mercados a los que se va a dirigir más allá de sus fronteras, debido a que la decisión condicionará el grado de control y los riesgos que conllevará esta nueva inversión. Las formas más comunes de entrada son: la franquicia directa, la máster franquicia, la alianza estratégica o joint venture y la inversión directa (Baena y Cerviño, 2009).

·   Franquicia Directa

El franquiciador otorga una concesión de licencia a un franquiciado que se situará en un país extranjero. La principal ventaja es que el franquiciador tendrá un mayor control sobre el franquiciado; sin embargo existirá una complicada gestión sumada a una difícil asistencia y ayuda permanente debido a la lejanía. Un claro ejemplo de esta forma de expansión es Día.

·   Máster franquicia

Es la forma de internacionalización más utilizada por el sistema de franquicia y la que más está creciendo en los últimos años. Supone garantizar a una empresa o personas un nuevo territorio o país a través de un contrato máster franquicia. Esto supone que el propio franquiciado pueda actuar como franquiciador, pudiendo ofrecer sub-licencias a otros franquiciados (Burton et al., 2000). Burger King, McDonald´s o Pizza Hut serían buenos ejemplos de esta forma de internacionalización.



·   Joint Venture

El franquiciador constituye una sociedad conjunta entre su cadena y otra empresa o personas del país extranjero (Mendelsohn, 1989). Es una  forma recomendable debido a que se comparte la propiedad, el control y el riesgo empresarial. Sony Ericsson pertenecería a este formato debido a que surge de la unión entre Sony y la empresa sueca Ericsson.

·   Inversión Directa

La inversión directa supone la apertura en un nuevo territorio de establecimientos propios, asumiendo la gestión directa de cada punto de venta y soportando además toda la inversión y riesgo que conlleva la internacionalización.

En este trabajo siempre se hará referencia a la Franquicia Directa y a la Máster Franquicia como formas de entrada en los nuevos territorios, sin hacer ningún tipo de distinción entre ellas.











Como se puede observar más arriba, en el marco teórico de este trabajo se hace referencia a la Teoría de Agencia y a la Teoría de Recursos y Capacidades. Es ahora el momento de ver cuáles son las hipótesis de comportamiento basadas en estas teorías, que pueden ayudar a explicar el proceso de internacionalización, haciendo uso de una revisión bibliográfica.
   

·   Conocimiento y experiencia del franquiciador

La experiencia, entendida como el número de años que una empresa ha operado en el sector, es una de las variables capaces de explicar la decisión de expansión internacional de una compañía (Eroglu, 1992). Además, se considera una característica que tiene el suficiente peso como para influir en grandes decisiones estratégicas.

Haciendo referencia al tema en cuestión, la franquicia, determinados trabajos demuestran que la experiencia el franquiciador es esencial, como se decía en el párrafo anterior, para la resolución de determinadas decisiones de carácter estratégico necesarias para desarrollar procesos de internacionalización (Navarro, 2012; Navarro et al., 2014). Esta experiencia del franquiciador se suele medir a través del número de años que la compañía lleva franquiciando, por lo que, dependiendo de su antigüedad puede explicar las decisiones que le han llevado al franquiciador a elegir una forma u otra a la hora de adentrarse en un nuevo mercado (Baena y Cerviño, 2009).

Hay que mencionar, además, que esta experiencia condiciona de manera positiva los campos de coordinación y control en los nuevos mercados, además de desarrollar una mejor selección de franquiciadores (Elango, 2007), lo que acaba llevando a la cadena a un aumento de las probabilidades de éxito (Sashi y Karappur, 2002). También señalar que esta misma experiencia ayuda a reducir el riesgo que se percibe al actuar en países distintos a los que se actuaban anteriormente, por lo que facilita la expansión internacional de la cadena (Burton et al., 2000). A partir de estos argumentos nace la siguiente hipótesis:

H1: El conocimiento y la experiencia del franquiciador, medida a través del número de años que la compañía lleva franquiciando, influye positivamente en la expansión internacional de la cadena.

·   Experiencia pre-franquicia del franquiciador

La mayor parte de las cadenas de franquicias nacen como empresas normales e independientes. Tiene mucho valor y es muy positivo que el franquiciador conozca muy bien su negocio, y lo tenga muy bien definido, cosa que se consigue con la experiencia a lo largo de los años (Navarro et al., 2014). Conocer y tener bien definida tu empresa y tu modelo de negocio y know-how es una buena forma de conseguir un posible éxito a la hora de dirigirse hacia nuevos destinos internacionales (Navarro, 2012; Navarro y Rondán, 2005). Es por esto que se propone la siguiente hipótesis:

H2: La experiencia pre-franquicia del franquiciador, medida a través del número de años que transcurren entre que nace la empresa hasta que se convierte en franquicia, influirá positivamente en la expansión internacional de la cadena.

·   Experiencia internacional de franquiciador

La experiencia internacional del trabajador, medida como el número de años que el franquiciador lleva presente en el mercado internacional, es de suma importancia y puede desarrollar un papel clave en el campo de la internacionalización de la franquicia empezando porque el franquiciador ya cuenta de antemano con conocimientos en primera persona sobre otros mercados más allá de sus fronteras nacionales, lo que le habrá ayudado a entender que existen numerosas culturas, y a su vez diferentes gustos, costumbres y necesidades entre ellas (Navarro, 2012).

Es por esto que las cadenas que carecen de experiencia internacional centrarán la expansión de sus redes hacia pocos mercados y normalmente los más cercanos geográfica y culturalmente hablando (Ruzo et al., 2011; Luo, 2001); al contrario de las que ya gozan de esa experiencia internacional, que ya sabrán como actuar en mercados extranjeros y podrán expandirse hacia mercados más lejanos en todos los sentidos (Sashi y Karuppur, 2002). De este razonamiento nace la siguiente hipótesis de investigación:

H3: La experiencia internacional del franquiciador, medida como el número de años que el franquiciador lleva presente en el mercado internacional, influye de manera positiva en una estrategia de expansión internacional.


·   Transparencia y estabilidad política del país

Medir y comprender la situación política de los países de destino de la franquicia son habilidades clave para alcanzar ventajas competitivas. Cuando una empresa toma la decisión de internacionalizarse debe conoce muy bien la situación política del país al que se dirige para no caer en ningún tipo de riesgo político y que las regla del juego no le cambien mientras esta franquicia opere en ese nuevo destino. Por tanto, es muy importante valorar la estabilidad del Gobierno, así como su sistema judicial y legal, sin olvidarse de su nivel de corrupción o transparencia (Price, 2005).

Mediante instituciones gubernamentales y leyes, a veces los Gobiernos actúan y dominan la economía. Aunque supuestamente en la mayoría de los casos el Gobierno y sus trabajadores actúan para que los intereses públicos de su país se maximicen, es sabido que existen Gobiernos corruptos que favorecen a determinadas compañías a cambio de algún que otro soborno para beneficiarse de manera privada, perjudicando así a empresas honradas y más eficientes (Baena y Cerviño, 2010).

Muchos autores defienden que los flujos que generan las multinacionales en países corruptos son menores que los que generan cuando operan en países transparentes debido a que en los países corruptos las empresas tienen que destinar cierta parte de sus flujos reales a sobornos. Cabe añadir que la corrupción da lugar también a otros costes indirectos como la incertidumbre y la inestabilidad que sufren las multinacionales que operan en estos lugares. Es por esto que nace la siguiente hipótesis:

H4: En el proceso de internacionalización, las cadenas franquiciadoras tenderán a dirigirse en menor medida hacia países con elevados niveles de corrupción e inestabilidad.

·   Habilidad para la transmisión del know-how

Haciendo referencia a la anteriormente citada Teoría de Recursos y Capacidades, se puede decir que las organizaciones logran sus ventajas competitivas mediante mejoras en su eficiencia productiva, originada esta gracias a los activos intangibles y a la existencia de habilidades distintivas entre otras. Es sabido además que cada compañía está formada por una combinación de capacidades, habilidades y conocimientos que constituyen sus recursos y capacidades (Mariz y García, 2009). Se debe agregar que solo los recursos que sean valiosos, escasos, difíciles de imitar e insustituibles serán fuentes potenciales de ventaja competitiva (Grant, 1991).

El conocimiento o know-how es un recurso intangible de mucha importancia, sobre todo cuando nos referimos al tema a tratar, la franquicia. Cuando un nuevo franquiciado se une a una cadena debe aprender el modo particular en que esa cadena hace sus negocios, y la responsabilidad de transmitir este conocimiento recae sobre el franquiciador. Trasmitir el know-how con éxito no es tarea fácil, y menos sabiendo que tiene que hacerse en un plazo temporal concreto e intentando que este proceso sea lo mínimamente costoso, por lo que es un desafío considerable para el franquiciador.

    Si se divide el mercado en dos: uno basado en el producto y otro basado en los servicios, se puede decir que para la industria de servicios es más atractiva la internacionalización de sus franquicias. Esto es porque en un mercado basado en el producto la información es tangible y todo está encaminado hacia el producto, por lo que conduce a una mayor imitabilidad. Sin embargo, la naturaleza intangible de los servicios hace a este temporal y muy difícil de imitar. Es por esto que la internacionalización de la franquicia es más llamativa para las compañías que se basan en los servicios debido a que ya están inicialmente equipadas con recursos intangibles, para los que su know-how y su transferibilidad ya se encuentran entre los recursos de conocimiento tácito de la empresa (Perrigot et al., 2013). Debido a este análisis se llega a la siguiente hipótesis:

H5: La habilidad para transmitir el know-how, medido a través del negocio industrial de las cadenas (producto versus servicios), ejerce una influencia positiva en la internacionalización.

·   Valor, reputación y reconocimiento de la marca

Hablar de la marca de una compañía así como de su valor y reputación, es hablar de capital intelectual y de recursos intangibles basados en el conocimiento. No hace falta decir que la marca y el valor de marca determinan el éxito de la cadena, además de que lleva mucho tiempo desarrollarlos correctamente (Itami, 1987).

Las decisiones de marca son esenciales para la estrategia de marketing de cualquier empresa debido a que los consumidores incurren en varios costes al elegir un producto en lugar de otro, especialmente cuando no tienen experiencia previa sobre su calidad. Además, el mercado en la gran mayoría de los casos suele confiar en las marcas conocidas ya que considera que la calidad y garantía de los productos de estas empresas son mejores. Por esto se puede decir que la marca simplifica el proceso de selección y de compra de productos.

En la franquicia, los franquiciados reciben el derecho de aplicar un modelo de negocio ya desarrollado por el franquiciador, incluido el derecho a utilizar el nombre de este mismo franquiciador con el valor y la reputación que se le asocian (Perrigot, 2013). En particular, las cadenas de franquicia con nombres de marca reconocidas o prestigiosas ganan fama de calidad (y beneficios) para la red de franquicias en general, por lo que aumentará el número de candidatos dispuestos a convertirse en sus franquiciados (Mariz y García, 2009).

Con respecto a la relación existente entre marca e internacionalización, investigaciones anteriores demuestran que la expansión se correlaciona con un mayor reconocimiento de marca, que a su vez, como se dijo en el párrafo anterior, aumenta la probabilidad de que nuevos franquiciadores sean atraídos a la cadena. Perrigot et al., (2013) miden el reconocimiento de marca según el tamaño de la red, debido a que suponen que la presencia de la marca en numerosos lugares conduce a una mayor visibilidad de marca. Dado el anterior argumento, se puede plantear la hipótesis de que:

H6: El reconocimiento y valor de la marca, medidos a través del número total de puntos de venta de la red de franquicias, ejerce una influencia positiva en la internacionalización.
·   Dispersión cultural y geográfica

El hecho de la existencia de un comercio internacional entre diferentes culturas supone la presencia de diversos modos de resolución de conflictos, así como diferentes procesos de negociación y comunicación, lo que lleva a la aparición de numerosos costes de supervisión entre empresas de diferentes culturas o de considerables distancias geográficas (Michael, 2003).

Las diferencias culturales afectan a los procesos de negociación del contrato ya que existen diferencias entre culturas a la hora de hacer negocios. Son tantas estas disparidades que en algunos casos las empresas tienen que modificar sus productos a la hora de entrar a los nuevos mercados (Sashi y Karuppur, 2002), como por ejemplo McDonald's en Israel, en donde opera con 50 sucursales kosher, es decir, que respetan las necesidades dietéticas del judaísmo, además de permanecer cerradas los sábados para guardar el Sabbat. Todas estas diferencias acaban afectando a las decisiones de la empresa.

La literatura ha demostrado que la distancia geográfica y cultural entre empresas hace que los costes de vigilancia y control que tiene que soportar el franquiciador aumenten cuando esta es mayor (Baena y Cerviño, 2010) debido a que cuanto mayor sea esta distancia entre la empresa y sus nuevos socios, más difícil y más costoso será controlar las actividades que se realicen en el extranjero (Caves y Murphy, 1976; Brickley y Dark, 1987). De este mismo modo, las distancias culturales y geográficas cortas suelen reducir estos costes asociados al control y coordinación. Es por esto que se propone la siguiente hipótesis:

H7: La presencia internacional de las franquicias será mayor en los países caracterizados por tener baja distancia cultural y geográfica.


En este apartado se reflejan los resultados obtenidos por los trabajos empíricos más relevantes que han estudiando el tema que nos ocupa. Hay que decir que los resultados no han salido en la dirección esperada, debido a que de las siete hipótesis solamente tres han sido claramente aceptadas en los trabajos revisados.

·   Conocimiento y experiencia del franquiciador

La variable que se refiere al conocimiento y a la experiencia del trabajador, medida como el número de años que la red lleva franquiciando, nos llevaba en el apartado anterior, a la siguiente hipótesis:

H1: El conocimiento y la experiencia del franquiciador, traducida como el número de años que la compañía lleva franquiciando, influye positivamente en la expansión internacional de la cadena.

En sus trabajos, autores como Ruzo et al., (2011) y Eroglu (1992) dicen que la experiencia es considerada como una característica que puede influir mucho a la hora de tomar decisiones estratégicas. Sin embargo, revisando el trabajo de Navarro (2012) se cae en la cuenta de que si bien el conocimiento y la experiencia del franquiciador pueden ser determinantes de la exitosa definición de los conceptos de know-how del trabajador y del comercio, esta variable no se revela como un elemento que condicione significativamente la estrategia de internacionalización de las cadenas de franquicia. Por esto se puede decir que no se encuentra relación entre la experiencia general del franquiciador con la expansión internacional de la red de franquicias, lo que ha llevado al autor a rechazar la hipótesis H1.  Los trabajos de Rondán, Navarro y Díez (2007), de González y López (2003) y de Baena y Cerviño (2012) también han llegado a este mismo resultado, al existir contradicciones en los modelos analizados entre el conocimiento del franquiciador y la expansión internacional de la franquicia.

·   Experiencia pre-franquicia del franquiciador

La siguiente variable a analizar ha sido la experiencia pre-franquicia del franquiciador, la cual se ha medido como el número de años que han transcurrido entre que nace la empresa hasta que esta misma se convierte en una franquicia. La hipótesis a la que daba lugar esta variable es:

H2: La experiencia pre-franquicia del franquiciador, traducida como el número de años que transcurren entre que nace la empresa hasta que se convierte en franquicia, influirá positivamente en la expansión internacional de la cadena.

En los trabajos revisados, tanto la primera variable (conocimiento y experiencia del franquiciador) como esta segunda, han ido siempre de la mano a la hora de ser analizadas. Aunque la literatura sugiera que la experiencia acumulada es una de las variables que explican la decisión de expandirse internacionalmente (Shane, 1996), trabajos como el de Navarro et al., (2014) rechazan la hipótesis H2 al no ser lo suficientemente significativa a la hora de ser analizada. Además, otros autores como Rondán, Navarro y Díez (2007) ya habían caído previamente en este resultado; por lo que se puede decir que la experiencia pre-franquicia del franquiciador no tiene porqué influir positivamente en la expansión internacional de la red de franquicias.

·   Experiencia internacional del franquiciador

La experiencia internacional del franquiciador, medida como el número de años que lleva presente el franquiciador en los mercados internacionales es la siguiente variable a analizar, y recordando el punto anterior, nos llevaba a la siguiente hipótesis:

H3: La experiencia internacional del franquiciador, medida como el número de años que el franquiciador lleva presente en el mercado internacional, influye de manera positiva en una estrategia de expansión internacional.

Esta hipótesis, al contrario que las dos anteriores, es aceptada en el estudio de Navarro (2012). Por lo que se puede decir que se acepta la hipótesis H3 y, como consecuencia, se puede afirmar que la experiencia internacional del trabajador es un elemento que determina la estrategia de expansión internacional de la cadena. La aceptación de esta hipótesis también es apoyada por trabajos previos, como por ejemplo el de Sashi y Karuppur (2002) y el de Ruzo et al., (2011).

Según Navarro et al., (2014), el aumento de la experiencia internacional del franquiciador será traducido como un crecimiento en la tendencia de este para crear y poner en marcha estrategias de internacionalización en nuevos mercados o países. Finalmente se puede argumentar también que cuanta mayor experiencia internacional del franquiciador, mejor transferencia del know-how y mejor capacidad de identificación de nuevos franquiciados tendrá la cadena, por lo que se reducirán los problemas de agencia y selección adversa, lo que mejorará el éxito de la expansión internacional ( Baena y Cerviño, 2012).

·   Transparencia y estabilidad política del país

Continuando con la revisión de los resultados la siguiente variable a analizar ha sido la transparencia y la estabilidad política del país, la cual nos había conducido a esta hipótesis:

H4: En el proceso de internacionalización, las cadenas franquiciadoras tenderán a dirigirse en menor medida hacia países con elevados niveles de corrupción e inestabilidad.

En el trabajo de Baena y Cerviño (2010) se analizan, además de otras variables,  la estabilidad política y el nivel de transparencia de cada uno de los países en los que se encuentra la franquicia. Estas variables han sido medidas a través de informes publicados tanto en el Fondo Monetario Internacional como en la Agencia de Transparencia Internacional. Según los signos de la matriz de correlación y de los coeficientes de regresión que se han obtenido en el trabajo mencionado, la franquicia opta por dirigirse hacia territorios en los que exista una buena estabilidad política, baja tasa de corrupción y una elevada tutela judicial efectiva. Sin embargo, esta interpretación no es del todo fiable debido a que esta hipótesis no ha resultado ser estadísticamente significativa, por lo que según el estudio de Baena y Cerviño (2010) esta hipótesis no puede ser aceptada. Por contra, en trabajos como el de Habib y Zurawicki (2002) y como el de Javalgi et al.,(2011), se afirma que la corrupción desincentiva la inversión extranjera y por tanto, que los niveles de corrupción y estabilidad política sí son lo suficientemente importantes en la internacionalización como para aceptar esta hipótesis. Los trabajos empíricos de Uhlenbruck et al., (2006) y de Mauro (1995) también apoyaron esta hipótesis apuntando que los flujos de inversión monetaria que generan las compañías multinacionales son menores cuando el país receptor de la inversión es corrupto, debido a que las empresas que invierten en estos territorios deben pagar sobornos a las autoridades para obtener determinadas facilidades, como pueden ser las licencias o las concesiones.

·   Habilidad para la transmisión del know-how

Prosiguiendo este análisis, la siguiente variable a estudiar es la habilidad para la transmisión del know-how, la cual nos encaminaba en el anterior punto hacia la siguiente hipótesis:

H5: La habilidad para transmitir el know-how, medido a través del negocio industrial de las cadenas (producto versus servicios), ejerce una influencia positiva en la internacionalización.

Era de esperar que la hipótesis H5 fuese aceptada debido a que se creía que la capacidad del franquiciador para transmitir el know-how era muy importante a la hora de internacionalizar una franquicia. Sin embargo, según el trabajo de Perrigot et al.,(2013) no se encontró ningún soporte para apoyar la hipótesis H5, por lo que no se considera significativa. Sus resultados sugieren que el comercio de productos a diferencia de la industria de servicios, promueve la internacionalización de la red, incluso si el franquiciador no está transfiriendo una gran cantidad de recursos intangibles (know-how en este caso) a sus franquiciados a parte del producto que comercian. Una explicación para este inesperado resultado es que los franquiciadores minoristas (comercio de productos) perciben menos riesgo que los franquiciadores en el sector servicios con respecto a sus operaciones internacionales, debido a que no están obligados a concentrarse por completo en los inputs intangibles, que suelen ser más difíciles de controlar y transferir. Por contra, los franquiciadores minoristas se ocupan principalmente de las mercancías, que no requieren de transferencia de conocimiento, porque el valor añadido ya está incorporado en los productos con los que comercian (Perrigot et al., 2013).

Este mismo resultado fue alcanzado en los trabajos de Mariz et al., (2009), Cliquet et al., (2004) y en el de Julian y Castrogiovanni (1995) en los que las variables incluidas para medir la influencia del know-how del franquiciador en la internacionalización de la cadena no solo fueron estadísticamente insignificantes, sino que su influencia fue opuesta a lo que se esperaba.

·   Valor, reputación y reconocimiento de la marca

La hipótesis H6, que dice que " El reconocimiento y valor de la marca, medidos a través del número total de puntos de venta de la red de franquicias, ejerce una influencia positiva en la internacionalización", hace referencia a las variables de valor, reputación y reconocimiento de marca.

Los resultados del trabajo de Mariz y García (2009) estaban en la dirección esperada. En dicho trabajo se propusieron dos variables para medir ese recurso intangible: el número de años franquiciando y el tamaño total de la cadena, y  finalmente la variable resultó ser significativa por lo que la hipótesis H6 se aceptó. Se puede decir por tanto, que según este trabajo, el reconocimiento y valor de la marca, medidas a través del número total de establecimientos que tiene la red de franquicias, tiene un efecto positivo en la internacionalización.

Continuando con estas variable y haciendo referencia a los resultados del trabajo de Perrigot et al., (2013), hay que decir que el número total de puntos de venta de la red también ejerce una influencia positiva en la expansión de la cadena para las tres muestras que estudian estos autores, por lo que, otra vez ,existe una evidencia empírica en apoyo a la hipótesis H6. Además, a partir de este estudio, también se afirma que la edad de la red afecta de manera positiva a la expansión internacional. Hay que decir también que este mismo resultado ya había sido alcanzado anteriormente en los estudios empíricos de Lafontaine y Shaw (1996) y Norton (1988).

Esto indica que las cadenas con mayor número de establecimientos y marcas más valoradas, reputadas y conocidas tienen una mayor tendencia a entrar en nuevos países. Los franquiciadores que poseen una marca altamente valorada ganan una reputación de calidad, lo que le da a la franquicia una señal de éxito.

Los franquiciadores deben crear una marca fuerte en su mercado nacional antes de buscar franquiciadores en los mercados extranjeros porque cuando consigan tener esa reputación aparecerán una mayor cantidad de franquiciados potenciales y se generarán aplicaciones (softwares) para seleccionar con mayor eficiencia a los franquiciados apropiados para la franquicia, lo que reducirá el riesgo de error a la hora de la selección de los mismos, ayudando así a aumentar la intensidad de la expansión internacional de la cadena (Baena y Cerviño, 2012).

·   Dispersión cultural y geográfica

Para finalizar con los resultados, las variables de dispersión cultural y geográfica proponían la siguiente hipótesis:

H7: La presencia internacional de las franquicias será mayor en los países caracterizados por tener baja distancia cultural y geográfica.

Atendiendo a los resultados del trabajo de Baena y Cerviño (2010), tanto los signos de la matriz de correlación como los coeficientes de los análisis de regresión, permiten afirmar a un 90 por 100 de confianza que las franquicias prefieren establecerse en países con baja distancia cultural y geográfica, por lo que según este estudio se acepta la hipótesis H7, al igual que en los trabajos de Dant et al., (2008) y de Sarala y Vaara (2010). También otros trabajos empíricos han caído en los mismos resultados, como el de Alon y Mckee (1999) en el que se explicaba que las cadenas franquiciadoras norteamericanas que se quieren expandir eligen principalmente a Canadá y a México por su baja distancia cultural. Así mismo, el trabajo de Tormo y Asociados (2008) también llegaba a este mismo resultado, y probaba que las cadenas españolas elegían a Portugal en su mayoría, como su principal nuevo territorio.      




La franquicia es uno de los pilares del crecimiento de importantes economías mundiales. Esta forma organizativa, ubicada dentro de la distribución comercial como una forma de comercio asociado, ha conseguido realizar un gran cambio en los sistemas de distribución de las empresas, y parece que lo seguirá realizando en los años venideros. Todo esto gracias a la correcta interacción de sus principales elementos: franquiciador y franquiciado, marca, know-how, un contrato exhaustivo y los pagos periódicos.

Este sistema de cooperación entre empresarios trae consigo un sinfín de ventajas para sus principales agentes -franquiciador y franquiciado-. Así, a cambio de unas contraprestaciones económicas soportadas por el franquiciado, como el canon de entrada y otros pagos periódicos, éste recibe el derecho a explotar una marca de éxito probado, además de una transmisión de conocimiento y una asistencia técnica durante todo el proceso, con el objetivo de incrementar los resultados de ambas partes y aumentar el valor y reconocimiento de marca de la empresa.

Pero no todo son ventajas, sino que en su andadura pueden existir conflictos de intereses entre las partes, originados principalmente por la distinta aversión al riesgo y la diferencia entre los objetivos de las partes. Conflictos que el franquiciador tendrá que resolver mediante el correcto uso de los denominados costes de agencia compuestos por los costes de formalización contractual, garantía, control y pérdida residual; mencionados anteriormente en este trabajo. Ello le llevará también a hacer uso de un sistema de incentivos adecuado para intentar solucionar todos los problemas que se pueden dar. No obstante, debe tenerse en cuenta que la franquicia reduce estos costes de agencia, en comparación con la situación entre las partes de una relación de empleo, como en el que existe si el dueño de la cadena abriese establecimientos de su propiedad y precisase contratar a gerentes y trabajadores para los mismos.  A pesar de ello, el contrato de franquicia no puede prever todas las situaciones, debido a que aunque este es bastante exhaustivo, no es del todo completo.

En el plano internacional, la franquicia es una de las formas de comercio más empleadas para expandirse mundialmente, y así aumentar su estrategia de crecimiento y el valor y reconocimiento de su marca a nivel mundial.

En el presente trabajo, a través de los estudios empíricos consultados, se han analizado los factores que impulsan o moderan la expansión internacional de las redes de franquicias. El primero de los factores analizados ha sido la experiencia o conocimiento general que el franquiciador pueda tener en el campo empresarial y, aunque la mayoría de los autores defienden que esta experiencia es importante a la hora de tomar decisiones estratégicas y comerciales, los resultados de los trabajos analizados, tal y como se esperaba, llegan a la conclusión de que esta experiencia general no alcanza una influencia positiva a la hora de internacionalizar una franquicia. En la misma línea se encuentra la experiencia pre-franquicia del franquiciador, definida esta como el número de años que transcurren desde que nace la empresa hasta que se convierte en franquicia. Se dice que se encuentra en la misma línea porque los trabajos analizados también encuentran que esta variable no tiene ningún efecto positivo a la hora de internacionalizar la franquicia. Continuando con la siguiente variable y como ya era de esperar, los autores de los trabajos analizados encuentran que los franquiciadores que llevan presentes más años operando en el mercado internacional o lo que es lo mismo, los más experimentados en este campo, tienen una mayor facilidad a la hora de expandir sus cadenas más allá de sus fronteras nacionales, lo que es totalmente lógico debido a que ya gozan de esa mentalidad internacional y ya saben o por lo menos tienen una idea (dependiendo de la experiencia que haya tenido cada uno) de las diferentes formas de actuar, de pensar y de las distintas necesidades y culturas que existen fuera de sus fronteras.

A la hora de analizar las variables de transparencia y estabilidad política del país al que se dirige la franquicia han existido, ante mi asombro contrariedades entre los autores de los trabajos analizados, habiendo unos que apoyan la idea de que la corrupción y la estabilidad política son variables a tener muy en cuenta a la hora de internacionalizar debido a que es normal que las franquicias tiendan a alejarse de territorios inestables y corruptos , y otros autores que no aceptan esta hipótesis al no ser para ellos lo suficientemente significativa. En mi opinión, estoy del lado de los que afirman que la corrupción y la inestabilidad de un país desincentiva la inversión extranjera. Lo que si que resultó sorprendente, es que al analizar la variable que relaciona a la transmisión del know-how con su influencia positiva a la hora de internacionalizar la franquicia, ningún estudio empírico de los analizados apoyó que fuese significativa esta variable lo que es repito, muy sorprendente debido a que la transmisión del saber hacer es uno de los elementos que más peso tienen en la franquicia. De igual manera el reconocimiento y el valor de la marca también es uno de los elementos más importantes de la franquicia, y como efectivamente era de esperar ejercen una influencia positiva en la internacionalización de la misma debido a que siempre le será más fácil a un franquiciador entrar en un nuevo territorio y conseguir éxito cuando disponga de una marca fuerte y reconocida mundialmente.

 Finalmente y como era de esperar, los autores analizados encuentran en sus estudios empíricos que tanto la distancia cultural como la distancia geográfica son factores que influyen de manera muy positiva a la hora de expandirse mundialmente. Es por esto que las empresas que se van a internacionalizar prefieren dirigirse hacia países caracterizados por tener baja distancia cultural y geográfica con respecto al país de procedencia de la empresa lo que no garantiza de antemano un mayor éxito empresarial, pero si que da una mayor seguridad comercial y  una sensación de estar "como en casa".



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